Cosas que nunca hacer en hostelería – Nino Redruello

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Nino Redruello, Chef y Socio del grupo La Ancha, se sienta en la Customer Experience Academy para explicarnos cuales son aquellas cosas que nunca podemos hacer en la hostelería.

Si no tienes tiempo de ver el vídeo, te lo resumimos en esta breve lectura.

Engañar

Lo que nunca hay que hacer bajo ningún concepto en el mundo de la hostelería es engañar o intentar engañar a tus clientes. Al final la verdad siempre sale, y no vale la pena hacerlo. Engañándolo podrás conseguir una compra, pero si lo que pretendes es que vuelva debes ser totalmente honesto con él, si se siente estafado no va a volver. Y es más, no volverá pero se encargará que su circulo tampoco acuda a tu restaurante. Lo peor que te puede suceder es tener malas referencias sobre tu local.

Por lo tanto la mentira nunca será una buena opción para un negocio.

 

Confiarte

Uno de los mayores fallos que se pueden cometer en la hostelería es relajarte o confiarte, cuando esto suceda tu negocio se verá afectado.

Es complicado ya que en el mundo de la restauración siempre vives con tensión, cada día debes dar lo mejor de ti mismo y no puedes cometer ningún fallo.Cada día debes ser de 10.

Nino  dice que sería mucho mejor no vivir con este estado de tensión,y preferiría irse a  casa más tranquilo, pero asegura, por contrario que ese mismo nervio de actuar cada día como si fuera el primero  y no cometer ningún fallo es lo que le hace estar vivo y hacerlo bien en el negocio. No tener este «estrés» es lo que a la larga haría que tu negocio se fuera al garete.

«Que todos los días sean como el día de la inauguración.»

Esta frase se la dijo el padre de Nino hace tiempo al Chef y asegura que sin duda es la clave del éxito en un restaurante. Nunca debes relajarte, siempre debes intentar hacerlo mejor que el día anterior y aportar un valor diferencial a tus comensales.

Asegura que su padre después de 30 años en la profesión iba por la sala cada día como si fuera el primer día, y eso hace mantener el trabajo y la ilusión por luchar y hacer las cosas bien.

Cuando abres un restaurante es muy fácil hacerlo bien, montas un sitio mono, con un buen servicio y una comida rica. Y…¡ lo llenas!. Lo difícil es mantenerlo en el tiempo, tienes que mejorar tu servicio, actualizarte a las nuevas modas, tener algún valor añadido que haga que la gente al cabo de 6 o 7 años continue queriendo ir a tu restaurante incluso teniendo otros sitios más novedosos a los que ir.

 

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